martes, 25 de agosto de 2015

Consecuencias de la caída de la Bolsa China

¿Por qué China arrastra en su caída a todas las plazas mundiales?
China es la segunda mayor economía mundial, y lo que allí pasa afecta al resto de los mercados. Los inversores de todo el mundo están nerviosos por la volatilidad mostrada por los parqués chinos en las últimas semanas y porque les preocupa que su ralentización sea más profunda de lo esperado, algo alimentado por los datos conocidos hace poco sobre su menor ritmo de desarrollo o la contracción de su sector manufacturero. Por eso, muchos de ellos están redefiniendo sus expectativas de crecimiento a la baja a raíz de la desaceleración que muestra la economía del gigante asiático.
¿Cuánto puede durar esta situación?
En la actualidad, pocos son los que se atreven a ponerle una fecha final. Para algunos economistas como Tim Condon, de ING Group, la falta de confianza en los datos revelados por las autoridades chinas significa que nadie puede estar seguro de que va a pasar, "ya que la incertidumbre sobre el crecimiento de China es ahora el principal factor de fluctuación de los mercados". Sin embargo, otros como Carlo Cottarelli, del FMI, han querido rebajar las alarmas declarando que estamos ante un reajuste "necesario", por lo que es "totalmente prematuro hablar de una crisis en China".
¿Qué medidas se han tomado hasta ahora infructuosamente para contener la situación?
Desde que empezaron los problemas a finales de junio, las autoridades chinas no han dejado de buscar soluciones, y cada semana han presentado nuevas medidas. Han inyectado cientos de millones de yuanes en los mercados, prohibido vender participaciones a los principales accionistas de grandes empresas, bloqueado la salida de nuevas empresas a cotización, iniciado investigaciones para detectar a posibles infractores o devaluado en más de un 4% su divisa, el yuan, en lo que muchos vieron un intento por relanzar sus exportaciones. La última de todas ellas se hizo pública hace dos días, cuando el Gobierno anunció que permitirá a los fondos de pensiones del país invertir hasta un 30% de sus activos en bolsa, un estímulo que podría suponer la entrada en el mercado de casi 300.000 millones de euros.
¿Qué le queda por hacer?
Entre los analistas se plantean dos posibles estímulos más. Uno de ellos, como dijo Eiji Kinouchi de Daiwa Securities, es que "China pueda verse forzada a devaluar aún más el yuan". El otro, que el Banco Popular de China reduzca el ratio de los depósitos que los bancos deben mantener en reserva en un intento por ayudar a impulsar el flujo de capital, unos fondos que en julio alcanzaron la cifra récord de 70.000 millones de dólares.
¿Qué está sucediendo con el resto de los países emergentes?
Estos países son los mayores afectados por la ralentización de China. En muchos casos, su economía se basa en la venta de materias primas, bienes de los que el país asiático es el mayor consumidor mundial, por lo que un menor crecimiento se traduce en menos compras y en un menor desarrollo. Además, con la fuerte devaluación del yuan de hace dos semanas, las economías de los países exportadores como India o Indonesia también se han visto perjudicadas por la pérdida de competitividad, algo que desató los miedos a una posible "guerra de divisas".
Fuente: http://www.elmundo.es/economia/2015/08/24/55db0b95e2704e0c168b4589.html

viernes, 14 de agosto de 2015

Entendiendo la devaluación China

La decisión del Banco Central de China (PBOC) de devaluar el yuan ha causado cierta sorpresa en los mercados financieros, moviendo a la inquietud a los Bancos Centrales que esperan que los tipos de interés suban por primera vez en años en Estados Unidos.
Este movimiento, sin duda, es el más importante realizado por el PBOC desde que en 1994 se unificaran los tipos de cambio que existían entonces. Hasta ese momento, había un mercado "oficial" y otro "extraoficial", cambiando en este último el porcentaje de divisa que se retenía en el primero a favor del exportador. En la actualidad existe un mercado de divisas "de puertas para adentro" (onshore) y otro "de puertas para afuera" (offshore) donde no se puede cambiar libremente yuanes.
La devaluación viene en un momento crucial para China en plena transición hacia una economía apoyada en el consumo y la demanda interna frente al paradigma expansivo vigente desde finales de los 70 basado en la industria o exportaciones masivas. Dicho cambio estructural se hace bajo una lógica en la que los "ganadores" (aquellos sectores que se ven más beneficiados con el cambio económico) compensan a los "perdedores" (una buena parte de la industria, por ejemplo) y les hacen partícipes de los beneficios obtenidos. Este modelo "integrador" hace que las tensiones políticas y sociales sean neutralizadas y, con ello, se consigue una transición ordenada.
En este sentido, devaluar la divisa no supone abandonar el plan de reformas. Al contrario, amortigua los costes y fricciones a corto plazo mientras los agentes se ajustan a la nueva situación. Además, en una economía que exporta en yuanes y que compra con dólares procedentes de sus reservas la mayor parte de las importaciones (casi en su totalidad materias primas), la probabilidad de que la devaluación tenga un efecto positivo para China es ciertamente alta. 
Con esta decisión, China persigue dos objetivos: por un lado, ajustar el valor de su divisa con arreglo al mercado tras una fuerte apreciación de un 10% contra el dólar, desde finales de 2008. Poco a poco, el mercado será quien determine el tipo de cambio, al mismo tiempo que la demanda de yuanes continúa creciendo al calor del proceso de expansión internacional de las empresas chinas.
Por otro lado, busca cumplir el objetivo de crecimiento del 7% para 2015 a través de un mecanismo rápido y eficaz como es la devaluación, ya que en el resto de agregados macro como el consumo o la inversión ya ha puesto en marcha medidas como el precio del crédito o un plan de 1 billón de yuanes para inversión en infraestructuras.
En suma, esta acción estratégica de China "pone la pelota en el tejado" de Estados Unidos en plena caída de los precios de las commodities, lo cual junto con una posible subida de tipos provocaría serios problemas económicos en países dependientes de las exportaciones de materias primas y que tienen como divisa un dólar anclado al americano (Australia o Canadá).
Javier Santacruz es economista socio de China Capital y profesor del IEB
Fuente: http://www.elmundo.es/economia/2015/08/13/55cb722e22601dda698b4581.html

martes, 11 de agosto de 2015

Nuevos cifras de la economía China

La tasa de inflación de China se aceleró durante el pasado mes de julio hasta el 1,6% desde el 1,4% del mes anterior impulsada por el alza de los precios de la carne de cerdo, mientras que los precios de producción en el gigante asiático sufrieron un retroceso del 5,4%, hasta situarse en mínimos desde octubre de 2009, según los datos del Buró Nacional de Estadística (BNE).
En concreto, el precio de los alimentos en China registró un repunte interanual del 2,7% en julio, mientras los precios no alimentarios aumentaron un 1,1% con respecto al mismo mes del año anterior.
Los precios de los bienes de consumo no duraderos subieron un 1,4% interanual y los servicios se encarecieron un 2,2%.
En términos mensuales, la inflación experimentó en julio un alza del 0,3%, después de haber permanecido estables en junio y haber bajado dos décimas en mayo.
Por otro lado, la oficina estadística china informó de que los precios de producción industrial del país asiático registraron en julio una caída interanual del 5,4%, tras bajar un 4,8% en junio, lo que supone la cuadragésimo primera bajada consecutiva del dato de inflación mayorista, que cae así a mínimos de octubre de 2009.