domingo, 27 de septiembre de 2015

China y Estados Unidos acuerdan contra ciberespionaje mutuo

Los presidentes de Estados Unidos y China, Barack Obama y Xi Jinping, respectivamente, se han comprometido este viernes a que sus países no seguirán intentando espiar los secretos económicos del otro en Internet, superando así --al menos en teoría-- uno de los principales escollos en las relaciones bilaterales.
El acuerdo ha surgido tras dos días de reuniones entre Obama y Xi en los que han abordado temas cruciales para la relación bilateral y que ha culminado este viernes con una rueda de prensa conjunta en los jardines de la Casa Blanca.
El acuerdo supone una renuncia expresa a que los países se espíen mutuamente para conseguir ventajas económicas de los secretos del otro, una práctica muy habitual que ha hecho perder millones de dólares y yuanes a empresas de ambas naciones, pero sobre todo norteamericanas.
"La cuestión ahora es si a las palabras seguirán las acciones", ha dicho Obama en la rueda de prensa, poniendo de manifiesto la desconfianza entre los dos países, según ha informado el diario estadounidense 'The New York Times'.
Así, y aunque el compromiso al que han llegado no contempla sanciones, Obama ha expuesto a su colega chino en el Despacho Oval el amplio catálogo de "herramientas" con las que su Gobierno cuenta para perseguir esta prácticas.
Este repertorio incluye desde sanciones económicas por ciberataques hasta acusaciones penales, como las presentadas el año pasado por el Departamento de Justicia contra cinco militares chinos, un caso que tensó aún más las relaciones bilaterales.
"Le he dicho al presidente Xi que usaré todas las herramientas que tengamos en nuestra caja de herramientas para perseguir a los cibercriminales", ha revelado, aunque matizando que estas acciones están siempre dirigidas contra individuos o empresas, "nunca contra gobiernos".
Para dar seguimiento a este acuerdo contra el ciberespionaje económico, los líderes mundiales también han pactado iniciar un diálogo de alto nivel para que Washington y Pekín planteen en este foro todo lo que crean conveniente.
El acuerdo deja fuera el ciberespionaje tradicional, como el robo de información personal de más de 22 millones de empleados federales jubilados y en activo hace unos meses, del que Estados Unidos acusa a 'hackers' chinos.
Fuente: http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=390985

domingo, 20 de septiembre de 2015

La problemática de las empresas públicas Chinas

Si en algo están de acuerdo economistas, empresarios y políticos de dentro y fuera de China es en la necesidad de reformar las empresas estatales. En la historia reciente del país, varios líderes chinos han mostrado su voluntad de hacerlo: unos han promovido cambios significativos, otros no se han atrevido y otros se han quedado a medio camino. Ahora es el turno de Xi Jinping, durante cuyo mandato está demostrando tener suficiente mano dura para enfrentarse a cualquier aspecto que pueda poner en riesgo la continuidad del Partido Comunista, desde la corrupción a la disidencia. La posibilidad de un frenazo económico que pueda debilitar su poder le urge a aplicar esta misma política con las empresas estatales, una vez diagnosticado que son una de las causas de la enfermedad que padece la economía china, aunque el tratamiento sea doloroso.
Estas grandes compañías son todo un obstáculo para los que consideran, como el Partido Comunista proclamó hace dos años, que las fuerzas del mercado deben desempeñar un papel primordial en la economía. En China hay unas 155.000, abarcan sectores como la banca, energía o telecomunicaciones, gestionan activos por valor de 14,5 billones de euros y emplean a 37 millones de personas. Herencia de la economía planificada que estableció Mao Zedong, son el brazo que le permite al Partido conservar su poder en industrias estratégicas.
El problema es que no son eficientes y lastran el desarrollo del sector privado. Sus directivos son cargos políticos que toman decisiones acorde con los intereses del Partido y no por criterios económicos. Se desenvuelven en un régimen de casi monopolio gracias a leyes que favorecen su dominio, gozan de subvenciones y se quedan con gran parte del pastel del crédito. Ante el convencimiento de que son demasiado grandes para caer y que el Estado intervendrá en caso de dificultades, muchos de los recursos invertidos en ellas caen en saco roto.
“Estas empresas han sido una parte indispensable de la exitosa historia de crecimiento de China, pero ahora sufren problemas de baja productividad, falta de innovación, poca competitividad en el exterior y corrupción. La reforma es necesaria”, asegura Xiao Geng, profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Hong Kong. El avance del proceso de reforma está siendo tan lento que resulta insignificante. Según un informe de la Cámara de Comercio Europea en China, solamente las compañías farmacéuticas aseguran haber notado una mejora en los últimos dos años en este ámbito. Globalmente, “no se ha observado un cambio real y el dominio de las empresas estatales no se ha reducido”.

Proyecto de reforma

Las autoridades chinas presentaron hace pocos días su propuesta de reforma. El proyecto se basa en su privatización parcial, la profesionalización de su gestión y fusiones. Las compañías se dividirán en dos tipos, unas con fines comerciales y otras con fines sociales. En todos los casos, advierte esta declaración, “se reforzará y mejorará el liderazgo del Partido” sobre estas empresas.
La propuesta ha sido recibida con escepticismo. “Es decepcionante. La entrada de capital privado no es nada nuevo: más del 80% de las empresas estatales están ya parcialmente privatizadas y este factor en sí mismo no ha ayudado mucho a mejorar su rendimiento. La esperanza es que el Gobierno se aleje de la gestión del día a día, pero las autoridades chinas aún parecen reacias a dar un paso atrás”, asegura Capital Economics en una nota a clientes.
No es un cambio fácil. El statu quo funciona para unos pocos que se han enriquecido y han gozado de numerosos privilegios durante las últimas décadas. Estas familias y sus patrones políticos han acumulado mucho poder y forman un frente contra el cual Xi Jinping no parece dispuesto a enfrentarse. “Es un documento de consenso que intenta reflejar los distintos puntos de vista que existen en el seno del Partido Comunista y la sociedad china. No es un plan ideal, pero soy optimista en que podamos ver una mayor competencia, más responsabilidad y una mejor provisión de bienes públicos en el futuro”, explica Xiao.
Otro de los problemas de una reforma drástica y privatizaciones a gran escala es su posible impacto en el mercado de trabajo. Cuando el exprimer ministro Zhu Rongji emprendió a finales de los noventa del siglo pasado la última gran oleada de privatizaciones, unas 60.000 compañías cerraron y 40 millones de trabajadores fueron despedidos. Las magnitudes serían ahora menores, pero China no quiere sobresaltos en los niveles de empleo —garante de la estabilidad social— y menos en un momento en que su economía sigue desacelerándose. Pese a la fuerte oposición interna, Zhu logró imponer sus tesis y dirigió al país.
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/09/19/actualidad/1442689492_573010.html

lunes, 14 de septiembre de 2015

Las reformas en las empresas estatales Chinas

China ha anunciado nuevos detalles sobre cómo reestructurará su enorme sector empresarial estatal, incluyendo privatizaciones parciales, ante unos datos que apuntan a un enfriamiento de la segunda mayor economía del mundo.
Las directrices, publicadas conjuntamente por el comité central del Partido Comunista y el Consejo Estatal, que es el Gabinete chino, incluyen planes para sanear e integrar algunas empresas estatales, señaló la agencia oficial de noticias china Xinhua.
La reforma de empresas estatales con malos resultados es una de las necesidades más imperiosas de China, pero si no se gestiona bien, la reestructuración podría llevar al despido de cientos de miles de personas y a inestabilidad social.
Xinhua indicó que los planes incluyen la introducción de "propiedad combinada" al permitir la inversión privada y que se esperan "resultados decisivos" en 2020. El Gobierno no forzará la "propiedad combinada" ni establecerá un calendario, y dará a cada empresa la luz verde sólo cuando las condiciones lo permitan, señaló.
"Esta reforma será positiva para mejorar los estímulos de la economía y hacer más sostenible el crecimiento", dijo el director del departamento de investigación económica del Centro Chino para los Intercambios Económicos Internacionales, Xu Hongcai.

El Gobierno administra 111 empresas

El Gobierno chino administra 111 empresas centralizadas bajo la Comisión de Administración y Supervisión de Activos, o SASAC. Los gobiernos locales son propietarios y manejan cerca de 25.000 estatales, y el sector emplea a casi 7,5 millones de personas.
Las empresas estatales chinas podrán incorporar a "varios inversores" para ayudar a diversificar la propiedad compartida y más de ellas recibirán incentivos para realizar reestructuraciones y preparar el camino para empezar a cotizar en bolsa, según Xinhua.
La agencia oficial de noticias china indicó que no se están considerando privatizaciones totales y que el Gobierno pretende "cultivar un gran número de empresas estatales troncales con capacidad de innovación y competitividad internacional".
Fuente:  http://www.eleconomista.es/economia/noticias/6999338/09/15/China-detalla-reformas-en-empresas-estatales-ante-la-desaceleracion-del-crecimiento.html