Los presidentes de Estados Unidos y China, Barack Obama y Xi Jinping, respectivamente, se han comprometido este viernes a que sus países no seguirán intentando espiar los secretos económicos del otro en Internet, superando así --al menos en teoría-- uno de los principales escollos en las relaciones bilaterales.
El acuerdo ha surgido tras dos días de reuniones entre Obama y Xi en los que han abordado temas cruciales para la relación bilateral y que ha culminado este viernes con una rueda de prensa conjunta en los jardines de la Casa Blanca.
El acuerdo supone una renuncia expresa a que los países se espíen mutuamente para conseguir ventajas económicas de los secretos del otro, una práctica muy habitual que ha hecho perder millones de dólares y yuanes a empresas de ambas naciones, pero sobre todo norteamericanas.
"La cuestión ahora es si a las palabras seguirán las acciones", ha dicho Obama en la rueda de prensa, poniendo de manifiesto la desconfianza entre los dos países, según ha informado el diario estadounidense 'The New York Times'.
Así, y aunque el compromiso al que han llegado no contempla sanciones, Obama ha expuesto a su colega chino en el Despacho Oval el amplio catálogo de "herramientas" con las que su Gobierno cuenta para perseguir esta prácticas.
Este repertorio incluye desde sanciones económicas por ciberataques hasta acusaciones penales, como las presentadas el año pasado por el Departamento de Justicia contra cinco militares chinos, un caso que tensó aún más las relaciones bilaterales.
"Le he dicho al presidente Xi que usaré todas las herramientas que tengamos en nuestra caja de herramientas para perseguir a los cibercriminales", ha revelado, aunque matizando que estas acciones están siempre dirigidas contra individuos o empresas, "nunca contra gobiernos".
Para dar seguimiento a este acuerdo contra el ciberespionaje económico, los líderes mundiales también han pactado iniciar un diálogo de alto nivel para que Washington y Pekín planteen en este foro todo lo que crean conveniente.
El acuerdo deja fuera el ciberespionaje tradicional, como el robo de información personal de más de 22 millones de empleados federales jubilados y en activo hace unos meses, del que Estados Unidos acusa a 'hackers' chinos.
Fuente: http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=390985
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