lunes, 22 de febrero de 2016

Empresas chinas de compras en el exterior.


Las grandes compañías chinas pisan el acelerador para hacerse con activos fuera de sus fronteras. En el escaso mes y medio desde que empezó 2016, las empresas del gigante asiático se han gastado unos 61.000 millones de euros en inversiones en el extranjero, en medio de una economía local en desaceleración y la pérdida de valor de su moneda.
La cifra, calculada por la consultora estadounidense Dealogic, es anormalmente alta porque incluye los 32.000 millones de euros que ha ofrecido China National Chemical por el gigante suizo de las semillas Syngenta. De fructificar, se convertiría en la mayor adquisición internacional jamás llevada a cabo por una empresa del gigante asiático.
Aunque atípica por su magnitud, esta oferta confirma el tesón de las grandes empresas chinas en salir fuera y adquirir recursos naturales, tecnología o marcas que permitan expandir su negocio. En 2015, la inversión china en el extranjero -sin contar la del sector financiero, pero sí la que se lleva a cabo entre gobiernos- superó los 105.000 millones de euros, un ascenso meteórico comparado con los 2.400 millones que se gastaron el año 2002. Aún con este crecimiento, las empresas chinas solamente coparon el 3,9% del total de fusiones y adquisiciones en 2014. "Es un porcentaje muy pequeño para una economía tan grande, deberían desempeñar un mayor papel y todo indica que vamos en esa dirección", afirma Michael Buckley, jefe de Fusiones y Adquisiciones Internacionales del banco de inversión chino CITIC.
El goteo de operaciones es constante. Este 2016, la compañía china Zoomlion ha hecho una oferta de unos 3.000 millones para hacerse con el fabricante de maquinaria de construcción estadounidense Terex. Haier ha adquirido la división de electrodomésticos de General Electric por 4.800 millones. El conglomerado Wanda pagó 3.200 millones por la productora de Hollywood Legendary. El grupo HNA desembolsará 5.400 millones por la tecnológica estadounidense Ingram. "Las últimas semanas han sido inusuales en parte por la tradición china de resolver los contratos antes del Año Nuevo Lunar, pero a largo plazo la tendencia es igualmente al alza", afirma Klaus Meyer, profesor de Estrategia y Negocios Internacionales de la escuela de Negocios CEIBS.
Las razones que impulsan esta fiebre compradora son múltiples: el apoyo explícito del Gobierno chino, la desregulación, la entrada a nuevos mercados, asegurar recursos naturales, adquirir nueva tecnología o hacerse con marcas con una reputación ya consolidada. A todas estas se les suma otras más recientes, como la desaceleración de la economía doméstica o la caída del valor de la moneda, que de continuar podría encarecer las compras en el futuro. "A pesar de ciertos reveses macroeconómicos, no veo a los inversores cada vez menos ambiciosos. De hecho, cuanto más lento es el crecimiento en China, mayor es el atractivo de los mercados extranjeros para ellos", explica Meyer. Un yuan a la baja respecto a las divisas de los países de destino también repercute en mayores ganancias una vez se consolidan las cuentas de resultados y se "repatría" el dinero.
Para algunas empresas, invertir fuera se convierte en una válvula de escape en caso de que la desaceleración en casa se acentúe: "en China hay una falta de nuevos motores de crecimiento, por lo que más y más compañías quieren diversificar sus riesgos. Y sus objetivos son cada vez más grandes y más visibles", asegura Li Xiaoyang, profesor de Economía de la Escuela de Negocios Cheung Kong.
El contenido de esta particular cesta de la compra también cambia. Si al principio las grandes operaciones con capital chino eran en ámbitos como la energía o los recursos naturales, actualmente el interés recae en la industria -especialmente de alta tecnología-, y en sectores como la alimentación, el entretenimiento o Internet. Este giro supone también un cambio en el destino de las inversiones: "las tendencias cambian constantemente, pero es cierto que en los últimos años ha habido un bajón en África y Latinoamérica por las menores adquisiciones de recursos naturales y en cambio una subida en los países desarrollados, especialmente en Europa", sostiene Buckley.
No todas las compañías chinas, sin embargo, están en su mejor momento para salir fuera: "Algunas están sufriendo mucho con la desaceleración, otras están siendo investigadas por corrupción y otras no cuentan con el beneplácito del gobierno porque, o bien forman parte de sectores con exceso de capacidad o bien las ganancias de sus inversiones anteriores no compensan lo que pagaron", explica Buckley. El caso más paradigmático es la compra de la petrolera canadiense Nexen por parte de la china CNOOC, que pagó 18.000 millones de dólares. La transacción -la mayor hasta el momento de una empresa china en el extranjero sin contar a Syngenta- se anunció a mediados de 2012. Desde entonces los precios del crudo han caído más de la mitad.
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2016/02/19/actualidad/1455863354_409093.html

miércoles, 17 de febrero de 2016

Siderurgia: Temores de Europa con respecto a China

Pocas veces los trabajadores de la siderurgia europea y sus influyentes sindicatos se han manifestado al lado de las empresas del sector, con las que se han enfrentado en innumerables ocasiones. Sin embargo, la protesta de ayer en Bruselas, en la que participaron unas 5.000 personas, entre trabajadores y directivos de las compañías, no era una más. La industria del acero europea está al borde del colapso y su patronal augura que podría desaparecer en un año si no se toman medidas para impedir el 'dumping' chino. La ralentización de la economía del gigante asiático ha hecho que este país busque fuera de sus fronteras colocar parte de su enorme sobreproducción -unos 100 millones de toneladas de su sobrecapacidad de 400- y lo hace a precios que son hasta un 59% más bajos que los de la siderurgia del viejo continente. Por ello, empleados y responsables de las empresas, entre ellos una delegación asturiana, clamaron ayer a la Unión Europea (UE) para que imponga aranceles que frenen de forma rápida y eficaz la invasión de acero barato chino. También exigieron que se posicione en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en contra de que este país sea declarado economía de mercado. La manifestación estaba convocada por la alianza industrial Aegis Europe, que agrupa 30 sectores industriales diferentes, y que considera que están en riesgo 3,5 millones de empleos si, finalmente, China logra que la OMC le abra la puerta a los mercados de todo el mundo. El nuevo estatus impediría a los países aplicar políticas de discriminación comercial contra los productos del coloso asiático.
Sin embargo, antes de que llegue el momento de esa decisión -en diciembre se cumple el plazo-, la siderurgia ya sufre el impacto de la llegada de acero barato chino. El presidente de la patronal europea, Eurofer, y vicepresidente ejecutivo de ArcelorMittal, Geert Van Poelvoorde, cifra en 7.000 los empleos perdidos en los últimos seis meses por la competencia oriental e incrementa sus cálculos hasta 85.000, si se amplia el periodo hasta el inicio de la crisis financiera. Las cifras son apabullantes. Las empresas aseguran que están en riesgo los 600.000 puestos directos que genera esta industria.
Van Poelvoorde lamentó que otros países sí estén actuando de forma efectiva, como Estados Unidos, que impone «tasas 'antidumping' del 200%» o India, que ha establecido unos precios mínimos para el acero chino. «Cuando se le cierra la puerta en todos los lugares y la nuestra permanece ampliamente abierta, no frenamos el tsunami chino», señaló, y agregó que «si le damos el estatus de economía de mercado nos quedamos completamente desnudos».
Más allá de la manifestación, la jornada, que coincidió con una conferencia de alto nivel sobre industrias intensivas en energía, también sirvió para mantener reuniones para recabar apoyos contra el acero chino. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, recibieron a los representantes de Aegis y Eurofer y recordaron que el Consejo de la UE aún no ha tomado una resolución sobre su propuesta para modernizar y acelerar la aplicación de los instrumentos en defensa del comercio efectuada en 2013. También insistieron en que el organismo comunitario ya ha impulsado casi 40 medidas de protección, aunque la patronal las considera insuficientes e ineficaces.
La delegación asturiana también estuvo muy activa en Bruselas. El director general de Industria, Luis Ángel Colunga, participó en el encuentro sobre la industria electrointensiva y criticó los meses que tarda Europa en actuar, «mientras que en Estados Unidos solo transcurren 45 días». También defendió que China no puede ser considerada una economía de libre mercado, cuando cuenta «con subvenciones del Estado, como pone de manifiesto que el 60% de las medidas 'antidumping' del año pasado afectaran a productos de ese país».
Por parte de ArcelorMittal en España acudieron el jefe de división en el Suroeste de Europa, el asturiano José Manuel Arias, y el director corporativo, Jesús Izcue, además de representantes sindicales. En su apretada agenda se reunieron con varios eurodiputados españoles y también participaron en un encuentro organizado por el parlamentario francés de origen español Edouard Martin, firme defensor del sector, por su pasado de sindicalista en plantas galas de Arcelor. A esta cita también asistió el ministro de Economía galo, que considera que la amenaza china es uno de los tres problemas más importantes a los que se enfrenta Europa, junto a la crisis de los refugiados y el posible abandono de la UE del Reino Unido.
Fuente: http://www.elcomercio.es/economia/trabajo/201602/16/europa-teme-perder-millones-20160216001357-v.html

miércoles, 10 de febrero de 2016

Comparando India con China.

Si algo caracterizó a la economía china en años recientes fue su capacidad para crecer a ritmo vertiginoso.
Pues bien, ya es oficial: en 2015 otra megaeconomía asiática creció más rápido que la china.
En este caso la que se lleva la corona del crecimiento es India, que con sus 1.250 millones de habitantes es la democracia más numerosa del mundo.
Y, señalan los expertos, es precisamente su sistema político democrático el que puede estarle dando una ventaja frente a China.
Los datos oficiales de Nueva Delhi señalan que la economía creció a la extraordinaria tasa de 7,5% anual.
Mientras que China lo hizo a 6,9%.
No es la primera vez que pasa. Pero China llevaba 15 años de crecimiento aparentemente inigualable.
Desde 1999 no cedía ese lugar a India.

Destinos paralelos

Entre estas dos naciones está cerca de un tercio de los habitantes de la humanidad.
Y son varias las cosas en las que se parecen.
Ambos países emergieron en la década de 1990 después de un largo periodo de estancamiento económico por cuenta de políticas de intervención del estado.
En el caso de China, implementadas por el gobierno comunista.
Y en el de India, por varias administraciones de corte socialista que llegaron al poder por la vía electoral.
Tanto en China como en India, la irrupción de políticas de libre mercado transformaron la economía y cambiaron la vida de cientos de millones de sus habitantes.
Pero hasta el momento era China el que recurrentemente llevaba la ventaja en la disputa económica entre las dos naciones más pobladas del planeta.
Una circunstancia que puede estar cambiando a medida que la economía china se desacelera.

¿Cifras cuestionables?

India se siente bien consigo misma.
El gobierno del primer ministro Narendra Modi asegura que el crecimiento acelerará en 2016 aún más, a 7,6%.
El mandatario ha estado viajando por el mundo, diciéndole a los empresarios que inviertan en India.
Aunque algunos dudan que la bonanza tenga realmente esas dimensiones.
"Ha habido mucho escepticismo acerca de los datos del PIB desde que el gobierno revisó la manera como lo calculaba hace un año", advierte Yogita Limaye, corresponsal de la BBC en Bombay.
"Pero todos los economistas con los que he hablado aseguran que no hay duda que la economía de India se está expandiendo, convirtiéndola en un inusual foco de prosperidad entre las naciones emergentes", agrega nuestra corresponsal.

El impacto de la democracia

Tan significativas como los paralelos son las diferencias en la estrategia económica de estos dos potentados.
China se convirtió, ante todo, en una gigantesca potencia manufacturera, construyendo todos los bienes de consumo que las naciones occidentales querían comprar.
IndiaImage copyrightReuters
Image captionEl sistema democrático de India puede ser un aliciente para la inversión privada.
Entre tanto, India se ha especializado en la exportación de servicios, particularmente en sectores como la informática, donde verdaderos ejércitos de programadores trabajan para firmas locales y extranjeras ayudando a redactar los códigos con los que operan muchas de las computadoras del mundo.
India encabeza hoy el mundo como el mayor receptor de inversión extranjera en empresas completamente nuevas. Y el Fondo Monetario Internacional dijo el año pasado que esperaba que en 2020, India continuara siendo la economía importante de mayor crecimiento en el mundo.
¿Y la fórmula? Irónicamente es la misma que antes decían que favorecía a China: las diferencias entre los sistemas políticos de ambos países.
Pues hace unos años se decía que el caracter autoritario del sistema político chino le daba al Estado la capacidad de movilizar con poca resistencia los enormes recursos que se necesitaban para construir las fábricas y las enormes obras de infraestructura características de ese país.
India, en cambio, es una democracia parlamentaria. Pero en esta nueva fase del crecimiento a la que están llegando estos países, en que se depende más del emprendimiento individual para la creación de empresas de alta tecnología, el sistema indio, con su apego al imperio de la ley y la democracia puede ofrecer mejores incentivos a los inversionistas privados.
De ahí que algunos piensen que es más probable que el "próximo Apple", la empresa que revolucione la economía, aparezca en India antes que en China.

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MumbaiImage copyrightAFP
Image captionLa población india viene experimentando mejorías sustanciales en su estilo de vida.
Pase lo que pase, y pese a que su economía esté creciendo más rápido, India todavía tiene un buen camino por remontar antes de igualar en tamaño a la economía china, la segunda en tamaño en el mundo después de Estados Unidos.
India en cambio ocupa apenas el décimo puesto, detrás de países como Italia, Brasil y Rusia.
Con un PIB de US$2.000 billones, su economía es cerca de cinco veces menor que la de China.
Pero la tendencia importa. Y en el largo plazo, puede que sea India el que pase a la historia como la gran locomotora del desarrollo mundial en las primeras décadas del siglo XXI.
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160208_economia_india_nueva_china_lf